Ministerios Cielos Abiertos.

El Salvador

marzo 04, 2013

Finanzas con Propósito - Parte II



Esta es la segunda parte del tema finanzas con propósito, antes de continuar quiero que recuerdes algunos puntos muy importantes de la primera parte de este apartado. Lo primero que tienes que recordar es que Dios quiere que nuestras finanzas tengan un propósito, sengundo ¿En busca de qué cosas estás? ¿De las riquezas o del reino de Dios y su justicia? Finalmente Dios quiere que sepamos que él ya cubrió todas nuetras necesidades al bendecir a Abraham.

Todas tus necesidades las ha solventado Dios desde hace muchísimo tiempo, en esta oportunidad compartiremos sobre La bendición de Melquisedec. Podemos ver que en Matero 17:24-27 llega un recaudador de impuestos a cobrarle a Jesús y podemos ver que él no se preocupaba por sus deudas ¿Por qué? porque Jesús no necesitaba bendecir su dinero ya que él comprendía que este estaba bendito.

Te pido que leas Génesis 14:18-24 podemos ver que Melquisedec rey de Salén bendice  a Abraham. 
Pablo nos explica más sobre este hecho en Hebreos 7
1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual se encontró con Abraham cuando éste regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo,
2 y a quien Abraham le entregó el diezmo de todos los despojos, cuyo nombre significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz,
3 sin padre, sin madre, sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad.
4 Considerad, pues, la grandeza de este hombre a quien Abraham, el patriarca, dio el diezmo de lo mejor del botín.
5 Y en verdad los de los hijos de Leví que reciben el oficio de sacerdote, tienen mandamiento en la ley de recoger el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque éstos son descendientes de Abraham.
6 Pero aquel cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.
7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 

8 Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive. 
9 Y, por decirlo así, por medio de Abraham aun Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, 
10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 

Yo sé que es muy difícil comprender este pasaje a primera vista, acontinuación explicaré algunos puntos que son muy importantes.

Como leemos en Hebreos Melquisedec se le aparece a Abraham y este lo bendice no solo con un alcance económico y material sino que todo su ser fue bendito. 
Al estudiar la genealogía o tratar de buscar un  árbol geneológico de Melquisedec nos damos cuenta que no lo hay, no existe. Entonces podemos comprobar que el mismo Rey de Justicia y Rey de paz fue quién  bendijo a Abraham. (Heb 7:2)

Los versículos del 5-10 nos relatan que la bendición de Abraham fue tan grande que alcanzó a pagar los diezmos que se tenian que dar a los levítas (Heb. 7:9) Es decir, pagó todo lo que él tenía que pagar.

Si seguimos en la lectura de este pasaje vemos que a partir de esta bendición se levantó un nuevo tipo de sacerdocio según el orden de Melquisedec que tiene que cumplir con el diezmo y adoración.

Ahora bien, mientras es posible que al leer  todo esto  te hayas preguntado "Si Dios tiene para mí lo que necesito ¿Por qué mi economía sigue de la misma manera?"  porque el enfoque que tienes es el enfoque incorrecto.

El propósito de Dios para nuestras finanzas es que aprendamos a dar, así como Abraham dio sus diezmos de todo en lo que había prosperado, no que nos quedemos con todo lo que él nos da. 


No te quedes con lo que le pertenece a Dios, aprender a dar el diezmo está bajo el orden de Melquisedec, cuando damos estamos asegurando que nuestros bienes sean guardados, por eso Jesús dijo el César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios y así aseguró sus bienes y pagos.

¿Por qué diezmar?
1- Para mostrarle mi obediencia a Dios.
2- Para ayudar a la obra de nuestra Iglesia Local
3- Para desprender nuestro amor  al dinero

Por último si no estás preparado para dar, Dios no te dará en abundacia.

Bendiciones.


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