Ministerios Cielos Abiertos.

El Salvador

marzo 15, 2013

Es la obra de Dios la que te perfecciona ¡No la tuya!


Antes de que podamos disfrutar de cualquier verdadera victoria sobre el pecado y experimentar un cambio en nuestro comportamiento, debemos aprender que solo Dios puede cambiarnos.

 Gálatas 3:2-5 << 2Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos *humanos? ¿Tanto sufrir, para nada? ¡Si es que de veras fue para nada! Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje?>>

No podemos perfeccionarnos, y cuando tratamos de hacerlo, lo único que conseguimos es frustrarnos. Dios nos ha llamado a la perfección y nos ha dado corazones perfectos, pero es una obra que conlleva un proceso y que requiere fe, paciencia y tiempo. Al enfrentar la verdad, admite tus fallas, deposita tu fe en Dios para que pueda cambiarte y veas resultados; pero debes confiar en su tiempo. Las cosas no siempre ocurren cuando a nosotros nos parece que deberían suceder.

Como hijo de Dios debes cumplir tu parte del trato. Nuestra responsabilidad es creer y obedecer cualquier instrucción específica que Dios nos dé; tu parte es hacer  las cosas buenas que Él ha puesto dentro de ti, para que salgan y puedan ser vistas y disfrutadas por los demás y nosotros mismos. Cuando caemos en las obras de la "carne" (nuestra energía tratando de hacer la parte de Dios), nos fustramos y cansamos. 

Debemos aprender que cada vez que nos sintamos frustrados es porque hemos dejado de confiar en Dios y hemos vuelto a confiar en nosotros para lograr cualquier cosa que necesitamos.

Recibimos a Cristo totalmente por fe, y así es como debemos vivir. Nos damos cuenta de que necesitamos cambiar, y a menudo nos decepcionamos de nosotros mismos y hasta nos sentimos condenados, pero estaremos mucho mejor si depositamos toda esa enegía que solemos utilizar en tratar de cambiarnos en orar y confiar en Dios y en que Él hará lo que haga falta.

Por la fe, Dios está obrando, y verás resultados maravillosos, pero debes dar el proyecto de perfección a Él. ¡Deja que Dios sea Dios en tu vida! En vez de decir: "Nunca voy a cambiar", que salga de tu boca: "Dios está obrando en mí, a medida que confio en Él, y creo que me está mejorando cada día más. Dios me está fortaleciendo en mis debelidades, y me está ayudando a dejar mis malos hábitos"


Bendiciones.

Puedes Seguirme en twitter como @dkfabrizzio
Sigue a los Vencedores @losvencedores9
¡Te esperamos!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario!